Fue un viaje intenso el regreso a casa, con muchas horas para dar vueltas entre asientos de aviones, pasillos de aeropuertos y cafeterías.
Yo tenia en mi equipaje de mano revistas de moda, música memorable y un buen compañero de asiento, no tengo idea en que momento terminamos hablando.
Creo que 10 horas de vuelo da para entablar una conversación en un par de minutos estábamos hablando de tendencias, diseñadores, Londres, Bilbao, Milán, Barranquilla y Pereira así como dos amigos que se toman un café mientras actualizan agendas.
Me contaba su experiencia trabajando en una tienda de Londres, como poner cremalleras invisibles, forros, apliques, telas y como se ha hecho un hueco en la moda en una cuidad tan especial como es Londres. Su historia me inspiro.
Mientras coincidimos en que era flipante que en un avión tan grande sentaran a dos diseñadores juntos por casualidad. Pero las casualidades no existen todo tiene una causa.
Las 4 ultimas horas camino Madrid-Bogota se me pasaron sin apenas darme cuenta. Y cuando pensé que no se podía estar mas cansada estaba en la puerta de la casa de mi madre.
Allí estaba mi madre con los ojos mojados y dándome un fuerte abrazo- YO SONROJADA SALUDE
en mi habitación antigua estaba Maria dormida, esperando a su hermana mayor, le desperté con besos y caricias en su rubio cabello con risos. Ella abrió los ojos y se quedo impactada, feliz, sonriendo, y se me olvido que estaba cansada, valió la pena tantas horas de espera, vacié mis maletas y dormí con mi niña :)
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